jueves, 19 de marzo de 2009

AIRE, PARA MIS PENAS



Hoy, queridos hermanos y amigos, no tengo más remedio que hablar de unos de los momentos que un cofrade no puede perderse, os hablo de mi querido Cristo de las Penas de Triana, me emociono, eso no se puede aguantar, mis vivencias cada Domingo de Ramos son inolvidables, como decía Antonio Burgos “¿que es Trianear?, pues que un Cristo hasta sentao va sobrao de compás”, si es que son tantas añoranzas, tantos sentimientos.
De eso hace ya un año y todavía aún lo conservo como si de segundos se tratara y no es para menos, como lloraba el Puente de Triana a lágrima viva,... aquella levantá dedicada a una hermana joven que murió, aquella gente que estábamos allí, que eran miles, yo por suerte, siempre voy en mi costero derecho, saboreando los respiraderos de oro y oliendo el ambiente costalero, sintiendo el costal ya sudado, pero lleno de amor hacia Dios,...

De pronto, te vienen las vivencias, los recuerdos y ya suena el llamador, Manuel Vizcaya hace llorar a Sevilla y a Triana, las aguas del río se emocionan, reflejándose el semblante del Cristo de las Penas, el cuerpo te tiembla, las manos se te enfrían y el sudor recorre tu cuerpo, la banda de la Presentación al Pueblo se hace presente, ya está el Cristo de las Penas de vuelta en el Barrio, hasta la Virgen del Carmen en su capilla encerrada, se asoma por los barrotes con la carita ensimismada, ya que fue larga la espera y ahora a su hijo lo aclama: Virgen del Carmen !!! no me llores, que tu hijo no va sólo, Sevilla entera le aguarda y Triana entera le espera, para ver sus andares flamencos y cuando entra en Triana, los alfareros del cielo ya modelan su mirada, y a su madre de la Estrella, no me llores niña guapa, que tu hijo no va solo, le acompaña tó Triana.

El hijo de Dios, el más grande ya entra en San Jacinto y las chicotás sentías de una cuadrilla de Arte, de poderío y de corazón bajo el palo, como un símil en el mundo del toro, como si la elegancia de Morante de la Puebla se hiciera presente, ese costero suave y cadencioso y con 3 pasos nos vamos, desde el cielo las cornetas se triplican, la calle oscura e invadida por el incienso, y ese Cristo rezando, yo sigo en el cielo y allí a lo lejos veo sus andares, esos andares de plata, el corazón me tiembla y el arte se hace presente, de nuevo vamonos de frente, suena "Al Gitano de la Cava", y ya debajo del paso, los costaleros lo mecen, con bulerías y soleares a compás de una guitarra, guitarra bajo costales, guitarra que rasga el alma, guitarra de mis amores, guitarra siempre guitarra...

A lo Lejos arranca una saeta y hasta el aire se enmudece sin palpitar palabras, de pronto una voz mandando el paso, no se puede tener más arte, las emociones florecen, ya está Triana engalanada y a eso de las dos de la madrugá no cabe ni un alfiler en San Jacinto y miren si la calle es larga, ya la puerta de la capilla se abre, ya los corazones palpitan, otra levantá y Dios a los cables !!! de los cielos trianeros, ya esta cerquita, ya se presiente, por favor la llamá mu cortita, haced lento el caminar, que no le roze ni el aire, que ya viene cansado y se le ve en su carita,... la última chicotá, el último suspiro, la banda a sones de "Al Dios Verdadero", los componentes se emocionan, las lágrimas en los ojos, es el último solo, los costaleros todos a una, poco a poco van llevando, el corazón de Triana bajo costales dorados y en el pecho el corazón, y en el corazón Triana. Suena la Marcha Real y es como un quiero y no puedo, y ese paso a centímetros de la puerta se resiste,.. un año..., es muy larga la espera, las plumas del romano ya acarician la capilla, ya el romano es menos malo, si es que no quiere que entre, que durante el desfile, cuantos piropos le ha dicho, el Cristo se nos va perdiendo..., no te vaya Cristo mio, que ya te echo menos, quedate aqui un poquito, cuentame tus vivencias, que yo las mías las tengos, no te vayas por favor, quedate te lo ruego, y explicame esos andares, que me enamoran de lleno, andares sobre costales, andares muy trianeros, que hasta tu Abuela Santa Ana se muere por poder verlos.

De repente, un murmullo se hace eco en la calle, asimilar que te vas no es fácil, cuando todo ha terminado, unos ángeles desde el cielo me despiertan y aunque sin quererme dar cuenta, ves que todo era un sueño, de pronto vuelves a la vida real, abatido, agotado, cansado, no te sientes los pies, no te sientes ni el alma, ha sido un día muy largo y ya camino de casa sin apenas fuerzas y con lágrimas en los ojos, de pronto el corazon habla: Gracias Señor, te lo pido, dame fuerza y salud, que el año que viene te sigo, te sigo esos andares, te sigo siempre tu cara, te sigo siempre te sigo, te sigo donde haga falta, que hasta la luna te mira, y esa miradas tan sanas, miradas que rompe el alma, mirando siempre mirando y alumbrandote la cara.


LUIS PAREDES GARCÍA
Al Flamenco de Triana, se lo debía

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